La red de pesca es una serie de hilos , tejidos y amarrados a una relinga superior o de flotadores y a una relinga inferior de plomos, que se emplea para capturar peces. En ciertos países como Colombia, hay redes de pesca muy tradicionales de nombre Atarraya. Esta red de pesca puede ser:
- pasiva (red de cortina, red trampa), inmóvil, require que el pez se enrede en ella;
- o activa (red de cerco, red de arrastre, etc), móvil.
El paño o malla, y los cabos pueden ser fabricados con fibra natural como el cáñamo, algodón, o con fibra sintética como nailon, kuralón, etc.
La redes de pesca tienen diferentes características, las cuales dependen del tipo de animal acuático a capturar, así como de su hábitat y de la técnica pesquera a utilizarse.
Uno de los tipos de redes más tradicionales es la nasa.
Otro tipo es la red de cerco, el trasmallo, el copo.Hay muchos y su denominación varia según el sitio.
Pesca al cerco
Redes de cerco y redes de copo
Las redes de cerco se utilizan para la captura de peces cuya costumbre es nadar formando densos cardúmenes o bancos de peces, ya sea en la superficie o a media agua, es decir, pelágicas, como las anchovetas, las sardinas, los atunes, el bonito, la caballa y el jurel. En un principio, estas especies (y en algunos lugares todavía) fueron capturadas mediante artes de enmalle, sardinales y trasmallos; sin embargo, las artes verdaderamente eficaces para esta clase de pesca son las redes de cerco, por las que se han ido sustituyendo.
Un arte de cerco se reduce a un gran paño de red de forma rectangular, cuyas dimensiones varían entre 250 y 1000 metros de longitud y alrededor de 40 de profundidad. En la parte superior de la red se dispone de un número adecuado de flotadores que la mantienen en posición vertical, cuando se utiliza. En la parte inferior lleva una serie de plomos que ayudan al mantenimiento vertical, contando además con un conjunto de anillos por los que pasa un cabo resistente llamado "jareta", que se encarga de cerrar la red y por esto se le conoce con el nombre de "red de cerco de jareta".
Cuando la embarcación llega a un lugar en donde se localizó, por diversos métodos, al cardumen, se inicia el calado de la red, tirando al agua uno de sus extremos cuyos cabos quedan a bordo del bote auxiliar, que describe un círculo rodeando a la mayoría de los organismos.
Una vez terminada esta operación, los pescadores tiran de cada uno de los extremos de la jareta, consiguiéndose de este modo cerrar la parte inferior de la red y así formar un copo en donde queda atrapado el cardumen; después, se va cobrando el arte por uno o varios extremos, ayudándose por medio de güinches, hasta que los animales capturados quedan en un espacio mínimo; los peces se suben a bordo con un gancho o mediante la aspiración con poderosas bombas.
Antiguamente, y en algunos países donde la pesca ha evolucionado poco, la recuperación del arte de cerco era una operación penosa y requería de la colaboración de un gran número de pescadores; en la actualidad, la utilización de las técnicas denominadas "halado-mecánico" permite simplificar el procedimiento y reducir en mucho la mano de obra y el tiempo de operación.
La pesca de cerco hace indispensable que los organismos que se quiere capturar estén formando grandes asociaciones, pues si éstos se hallan dispersos, la pesca de cerco no es posible. Para conseguir localizar la mayor concentración de peces se recurre a varios sistemas, como la utilización de ecosondas especiales de proyección horizontal capaces de detectar la presencia de bancos en un radio de algunas millas alrededor del barco.
A pesar del desarrollo que han tenido estos métodos de localización de las especies pelágicas, ésta se sigue realizando a simple vista, observando el brillo o burbujeo que producen los peces cerca de la superficie, operación conocida como "ardora". En la época actual, en la localización de los bancos se utilizan también avionetas y otros medios, como colocar en el barco aparatos ultrasónicos, los cuales emiten sonidos especiales que son captados por los delfines, que generalmente nadan en el cardumen, por lo que al saltar fuera del agua alertan al capitán del barco cerquero.
También son importantes los métodos para concentrar a las poblaciones de peces, tomando en cuenta los estímulos que provoca el uso de la luz, que reúne, por una respuesta positiva hacia ella, a los diminutos componentes del plancton, principal alimento de estos peces pelágicos y que por lo tanto los va a concentrar, facilitando su captura. Otro estimulante que se ha considerado idóneo para lograr estas concentraciones es la "raba", hueva del bacalao o de las merluzas.
El interés por las pesquerías de cerco ha ido aumentando, trayendo como consecuencia una serie de cambios importantes. Sin duda, las mayores capturas mundiales, en el momento actual, se llevan a cabo mediante este tipo de redes de cerco y una de las más importantes es la destinada a la del arenque, que se efectúa tanto en el Atlántico norte como en el Pacífico septentrional.
Otra gran pesquería de cerco la forma la captura de la anchoveta en el litoral peruano, que ha llegado en algunos años a la fabulosa cifra de 12 millones de toneladas, capturadas por barcos cerqueros llamados "bolicheras", y que se destinan a producir la famosa harina de pescado peruana, que es la base de la alimentación para la cría de aves y de cerdos en muchos países del mundo. En la zona colindante con el cabo Blanco, en el noroeste africano, existen importantísimas pesquerías de "alacha", cuya explotación para transformación en subproducto se lleva a cabo especialmente por medio de artes de cerco.
Otra pesquería importante que utiliza este tipo de arte de pesca cerquero es la de la sardina, tanto la europea, sardina propiamente dicha, como las especies más abundantes y de mayor tamaño que frecuentan las costas de América y California, o las de África del sur y Japón. Se pueden citar las importantes pesquerías de Menhaden en la costa sudoriental de los Estados Unidos explotadas para la obtención de harinas y aceites, las cuales han llegado a tan alto grado de desarrollo que incluso disponen de helicópteros para la localización de los cardúmenes.
Sin embargo, la pesquería de cerco que ha tenido una mayor evolución en los últimos años ha sido la del atún, cuyas principales poblaciones se localizan en el océano Pacífico oriental entre las costas de California y las del Perú, o en las del Atlántico frente al norte de África. Los barcos que intervenían en esta pesquería, hasta 1966, utilizaron las cañas y la carnada viva, pero a partir de ese año fueron adaptados para emplear la red de cerco.
Los nuevos barcos atuneros se construyeron con las características necesarias para operar estas redes de cerco que sobrepasan los mil metros de longitud, como los lujosos Tuna cliper de la flota estadounidense, que tienen de puerto base a San Diego, California y que principalmente capturan atún aleta amarilla, el de mayor aceptación en el mercado internacional. México es otro de los países que han incrementado su flota atunera de cerco, contando con barcos de los mejor equipados del mundo, y por lo tanto, muy eficientes; se considera que la flota atunera mexicana es la primera de América Latina y la segunda del continente.
Existen otras especies que, por la conducta que presentan, no siempre se capturan con redes de cerco, como las caballas y los jureles, que por su costumbre de permanecer una parte del año en la superficie y otra en el fondo, se pescan alternativamente con artes de cerco y de arrastre. En la parte norte del océano Pacífico, los salmones se capturan en ciertas ocasiones mediante artes de cerco especialmente preparadas.
Las modernas tendencias del arte de cerco tratan de realizar la maniobra del modo más fácil y rápido, evitando, al mismo tiempo, la huida de cierta cantidad de peces a través de la parte inferior de la red antes de que se cierre con la jareta; por ello, algunos diseños recientes de éstas llevan un segundo faldón por debajo del piso principal de la red, asegurando, así, su efectividad. De cualquier modo, las redes de cerco no son cien por ciento efectivas, ya que su diseño prevé que se pueda escapar un número de peces que asegure la conservación de la especie; de no ser así, los diferentes métodos y artes que cada día evolucionan más ya habrían terminado con las poblaciones de organismos sensibles a la captura, de los océanos.
A través de varias transformaciones sucesivas, estas dos últimas redes acabaron por convertirse en un arte que rodea totalmente el cardumen, con una zona de tela más reforzada donde se concentran los organismos, ya sea situada en el centro del arte y recibiendo el nombre de "traiña", o en un extremo, llamándosela "mampara". Estos dos últimos tipos de redes necesitan ser caladas de una manera distinta, ya que es diferente la maniobra para el cobro del arte; en el primer caso se realiza jalando por ambos extremos, y en el segundo, por uno solo.
Después de estos cambios de la red de cerco, se han diseñado multitud de tipos; dentro de ellos, las diversas modalidades pueden agruparse en dos fundamentales: las que solamente cercan al cardumen, que posteriormente es recogido por diferentes procedimientos, como el empleo de copos adicionales (a lo que se llama "enmallado"), o por medio de una red de cuchara; y las que después de cerrar su fondo por medio de la jareta, transformándolas momentáneamente en red de copo, se suben totalmente con la captura; entre estos tipos se pueden diferenciar las "llampugueras", las "pantasanas" y las de "cerco de jareta".
Con las llampugueras capturan en España las llampugas, peces que se concentran abajo y alrededor de objetos flotantes, y que abundan en las islas Baleares. Es una red larga de unos 200 metros de longitud, cuya altura crece a partir de los calones o extremos hacia el centro, al mismo tiempo que la malla se hace más cerrada.
La captura se realiza de madrugada o al atardecer, lanzando al agua el extremo de la red con una boya; rápidamente se rodea a los peces y posteriormente se recoge este extremo comenzando a meter la red a bordo. Las llampugas, aunque se ven cercadas, no se hunden para escapar y el cerco se estrecha, quedando los peces en la porción central del arte; inmediatamente, el barco se dirige a localizar nuevos peces y repite la operación.
La pantasana es una variedad de red de cerco sin jareta que es utilizada para capturar lisas, las cuales son localizadas primero y después se procede a su cerco; esta red llega hasta el fondo, aunque no arrastra por él, e impide que las lisas escapen por debajo de la relinga de plomos. Una vez cercados los peces, los pescadores agitan violentamente el agua con los remos o lanzan piedras, para que las lisas, asustadas, tiendan a escapar y se enmallen.
Como estos peces tienen la costumbre de saltar fuera del agua para escapar por encima de la relinga de corcho, se utiliza una red complementaria, la "saltada", que consiste en un trasmallo que se cala horizontalmente suspendido por cañas, rodeando por completo a la red de cerco. De este modo, si los animales con su salto consiguen salvar la primera red, caen sobre la saltada y se enmallan en ella.
Otro tipo de red de cerco es la de jareta, que es rectangular y se cierra por el fondo una vez rodeados los animales. Un ejemplo de ella son los sardinales, cuyos paños están reforzados en la línea de unión con las relingas por piezas de malla más cerradas y fuertes. Cada red está integrada por tres o cuatro pasos que, en conjunto, dan una longitud que no suele sobrepasar de los 300 a 500 metros, aunque en las redes atuneras pueden llegar a los 1 000 metros, con una altura entre los 80 y 100 metros.
La relinga de corchos es normal; en cambio, la de plomos lleva una serie de anillos metálicos por donde pasa el cable, o jareta, que permite el cierre del fondo de la red. De cada uno de los extremos de la red parten unos cabos de un centenar de metros de longitud, que sirven para maniobrar la red desde los barcos y así cobrar la captura.
Existen algunas variantes de este tipo de red; la más frecuente es la denominada "tarráfa", ésta difiere solamente en sus mayores dimensiones, puesto que la longitud de la red llega a sobrepasar el kilómetro; la altura, en cambio, es mucho menor, no llega a los 80 metros. Es un arte voluminoso y pesado que alcanza hasta las 10 o 12 toneladas, por lo que los barcos que las usan necesitan tener capacidad para un mayor tonelaje.
Además de la flota atunera se cuenta con barcos cerqueros de menor tamaño que están dedicados a la captura de la anchoveta en la costa occidental de la península de Baja California y de sardina en el golfo de California.
El paso que se ha seguido dentro de la evolución de las artes de pesca es el de dar a la parte final de la red de cerco forma de bolsa, para facilitar la concentración de la pesca en ella. De esta forma se llega a la construcción de las artes o redes de copo, en las que lo fundamental es el copo; el resto de la red es la parte accesoria, encargada exclusivamente de cortar el paso a los organismos y conducirlos hacia él, para que se concentren y puedan ser capturados.
Existen multitud de variantes en las redes de copo, pero todas ellas están construidas principalmente por tres sectores principales: el "copo" o fondo de la red, donde se ha de acumular la pesca, sin que se pueda seleccionar a los organismos capturados; las "alas" o porciones laterales de la red, por las que se realiza la tracción; y por último, el "casarete", porción de paño en forma de cono truncado que une las alas con el copo dando resistencia a la red. Según el modelo, cada una de estas partes se subdivide en otras, que se diferencian por su forma y sobre todo por las dimensiones de las mallas con que están construidas.
Estas redes se mantienen abiertas gracias a la acción de la relinga superior que lleva corchos o bolas de vidrio, metálicas o de otros materiales, y por el peso de los lastres de plomo y cadenas en su relinga inferior.
Las artes de copo se agrupan, atendiendo a la forma de tracción que se emplea durante la maniobra, en dos tipos diferentes: aquéllas en que el cabo se cobra desde tierra, arte de copo con cabo de tierra; y en las que la maniobra se realiza desde embarcaciones, arte de copo remolcada, pudiendo operar, según se lastre, en la superficie, a media agua o en el fondo, dependiendo de las especies que capture.
El desarrollo de la industria pesquera se incrementó con la incorporación de las redes de cerco y de copo, innovaciones que fueron utilizadas primero en los países nórdicos por estar situados cerca de las zonas en donde los cardúmenes son muy grandes, lo que permite el mejor uso de este tipo de artes. Después se sumaron poco a poco otros países a este escenario del mundo moderno de la pesca.
Consiste en estibar el cerco o traiña en la embarcación, de forma que los corchos (flotadores) queden a la parte de popa, la malla en el centro y los plomos a proa. Una vez localizado el banco de peces, la embarcación se mantiene a una distancia de 6 brazas. Mientras se larga la red, la embarcación gira con rapidez alrededor del banco, formando un cerco alrededor del cardúmen de peces en la banda de babor. Al tirar de él, la red se cierra formando una bolsa en la que quedan encerrados los peces. El pescado capturado se embarca mediante el empleo del salabardo. Finalizada la operación, el arte es izado a bordo y estibado convenientemente para una nueva largada, y vuelta a empezar.
Pesca al cerco con auxiliar
Es el "senne tournante" de los franceses o "purseseining" de los Estadounidenses. Consiste en encerrar un grupo de atunes por medio de una red corrediza, la cual, una vez extendida, se va cerrando poco a poco, hasta disminuir el volumen abarcado en forma conveniente. La red lleva flotadores en la parte superior, contrapesos de cadenas en la parte inferior y también en la parte baja, un cable de acero que va cerrando el seno al ser halado. El pescado se pasa a bordo por medio de un arte auxiliar, el salabardo o truél. El extremo del arte se extiende mediante una embarcación auxiliar, la panga, quien ayuda a completar el cerco y a sostener la deriva del barco durante la maniobra del traslado de los atunes del cerco a las bodegas del barco. El aparejo tiene unas dimensiones medias de 1.500 metros de largo, 200 metros de altura y un peso de 20/30 toneladas. La red se retira del mar mediante un halador automático.
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