En su origen, el arte de cerco puede considerarse derivado, al igual que el de arrastre, de los pequeños chinchorros playeros; su evolución pasó por redes del tipo llamado "camión", que se utiliza en el Mediterráneo, o del "boliche" y "lámparo", que se usan en Italia; estas redes no tocan el fondo, se mantienen flotantes y, al contrario de lo que ocurre con la de arrastre, presentan la relinga inferior prolongada por delante de la superior.
A través de varias transformaciones sucesivas, estas dos últimas redes acabaron por convertirse en un arte que rodea totalmente el cardumen, con una zona de tela más reforzada donde se concentran los organismos, ya sea situada en el centro del arte y recibiendo el nombre de "traiña", o en un extremo, llamándosela "mampara". Estos dos últimos tipos de redes necesitan ser caladas de una manera distinta, ya que es diferente la maniobra para el cobro del arte; en el primer caso se realiza jalando por ambos extremos, y en el segundo, por uno solo.
Después de estos cambios de la red de cerco, se han diseñado multitud de tipos; dentro de ellos, las diversas modalidades pueden agruparse en dos fundamentales: las que solamente cercan al cardumen, que posteriormente es recogido por diferentes procedimientos, como el empleo de copos adicionales (a lo que se llama "enmallado"), o por medio de una red de cuchara; y las que después de cerrar su fondo por medio de la jareta, transformándolas momentáneamente en red de copo, se suben totalmente con la captura; entre estos tipos se pueden diferenciar las "llampugueras", las "pantasanas" y las de "cerco de jareta".
Con las llampugueras capturan en España las llampugas, peces que se concentran abajo y alrededor de objetos flotantes, y que abundan en las islas Baleares. Es una red larga de unos 200 metros de longitud, cuya altura crece a partir de los calones o extremos hacia el centro, al mismo tiempo que la malla se hace más cerrada.
La captura se realiza de madrugada o al atardecer, lanzando al agua el extremo de la red con una boya; rápidamente se rodea a los peces y posteriormente se recoge este extremo comenzando a meter la red a bordo. Las llampugas, aunque se ven cercadas, no se hunden para escapar y el cerco se estrecha, quedando los peces en la porción central del arte; inmediatamente, el barco se dirige a localizar nuevos peces y repite la operación.
La pantasana es una variedad de red de cerco sin jareta que es utilizada para capturar lisas, las cuales son localizadas primero y después se procede a su cerco; esta red llega hasta el fondo, aunque no arrastra por él, e impide que las lisas escapen por debajo de la relinga de plomos. Una vez cercados los peces, los pescadores agitan violentamente el agua con los remos o lanzan piedras, para que las lisas, asustadas, tiendan a escapar y se enmallen.
Como estos peces tienen la costumbre de saltar fuera del agua para escapar por encima de la relinga de corcho, se utiliza una red complementaria, la "saltada", que consiste en un trasmallo que se cala horizontalmente suspendido por cañas, rodeando por completo a la red de cerco. De este modo, si los animales con su salto consiguen salvar la primera red, caen sobre la saltada y se enmallan en ella.
Otro tipo de red de cerco es la de jareta, que es rectangular y se cierra por el fondo una vez rodeados los animales. Un ejemplo de ella son los sardinales, cuyos paños están reforzados en la línea de unión con las relingas por piezas de malla más cerradas y fuertes. Cada red está integrada por tres o cuatro pasos que, en conjunto, dan una longitud que no suele sobrepasar de los 300 a 500 metros, aunque en las redes atuneras pueden llegar a los 1 000 metros, con una altura entre los 80 y 100 metros.
La relinga de corchos es normal; en cambio, la de plomos lleva una serie de anillos metálicos por donde pasa el cable, o jareta, que permite el cierre del fondo de la red. De cada uno de los extremos de la red parten unos cabos de un centenar de metros de longitud, que sirven para maniobrar la red desde los barcos y así cobrar la captura.
Existen algunas variantes de este tipo de red; la más frecuente es la denominada "tarráfa", ésta difiere solamente en sus mayores dimensiones, puesto que la longitud de la red llega a sobrepasar el kilómetro; la altura, en cambio, es mucho menor, no llega a los 80 metros. Es un arte voluminoso y pesado que alcanza hasta las 10 o 12 toneladas, por lo que los barcos que las usan necesitan tener capacidad para un mayor tonelaje.
Además de la flota atunera se cuenta con barcos cerqueros de menor tamaño que están dedicados a la captura de la anchoveta en la costa occidental de la península de Baja California y de sardina en el golfo de California.
El paso que se ha seguido dentro de la evolución de las artes de pesca es el de dar a la parte final de la red de cerco forma de bolsa, para facilitar la concentración de la pesca en ella. De esta forma se llega a la construcción de las artes o redes de copo, en las que lo fundamental es el copo; el resto de la red es la parte accesoria, encargada exclusivamente de cortar el paso a los organismos y conducirlos hacia él, para que se concentren y puedan ser capturados.
Existen multitud de variantes en las redes de copo, pero todas ellas están construidas principalmente por tres sectores principales: el "copo" o fondo de la red, donde se ha de acumular la pesca, sin que se pueda seleccionar a los organismos capturados; las "alas" o porciones laterales de la red, por las que se realiza la tracción; y por último, el "casarete", porción de paño en forma de cono truncado que une las alas con el copo dando resistencia a la red. Según el modelo, cada una de estas partes se subdivide en otras, que se diferencian por su forma y sobre todo por las dimensiones de las mallas con que están construidas.
Estas redes se mantienen abiertas gracias a la acción de la relinga superior que lleva corchos o bolas de vidrio, metálicas o de otros materiales, y por el peso de los lastres de plomo y cadenas en su relinga inferior.
Las artes de copo se agrupan, atendiendo a la forma de tracción que se emplea durante la maniobra, en dos tipos diferentes: aquéllas en que el cabo se cobra desde tierra, arte de copo con cabo de tierra; y en las que la maniobra se realiza desde embarcaciones, arte de copo remolcada, pudiendo operar, según se lastre, en la superficie, a media agua o en el fondo, dependiendo de las especies que capture.
El desarrollo de la industria pesquera se incrementó con la incorporación de las redes de cerco y de copo, innovaciones que fueron utilizadas primero en los países nórdicos por estar situados cerca de las zonas en donde los cardúmenes son muy grandes, lo que permite el mejor uso de este tipo de artes. Después se sumaron poco a poco otros países a este escenario del mundo moderno de la pesca. El "cerco" es el arte de pesca mayoritariamente empleado por los pescadores de la cornisa cantábrica tanto para la pesca del macarel como la de la anchoa. Fue declarado legal para todo el norte de España en Agosto de 1.883.
Consiste en estibar el cerco o traiña en la embarcación, de forma que los corchos (flotadores) queden a la parte de popa, la malla en el centro y los plomos a proa. Una vez localizado el banco de peces, la embarcación se mantiene a una distancia de 6 brazas. Mientras se larga la red, la embarcación gira con rapidez alrededor del banco, formando un cerco alrededor del cardúmen de peces en la banda de babor. Al tirar de él, la red se cierra formando una bolsa en la que quedan encerrados los peces. El pescado capturado se embarca mediante el empleo del salabardo. Finalizada la operación, el arte es izado a bordo y estibado convenientemente para una nueva largada, y vuelta a empezar.
Pesca al cerco con auxiliar
Es el "senne tournante" de los franceses o "purseseining" de los Estadounidenses. Consiste en encerrar un grupo de atunes por medio de una red corrediza, la cual, una vez extendida, se va cerrando poco a poco, hasta disminuir el volumen abarcado en forma conveniente. La red lleva flotadores en la parte superior, contrapesos de cadenas en la parte inferior y también en la parte baja, un cable de acero que va cerrando el seno al ser halado. El pescado se pasa a bordo por medio de un arte auxiliar, el salabardo o truél. El extremo del arte se extiende mediante una embarcación auxiliar, la panga, quien ayuda a completar el cerco y a sostener la deriva del barco durante la maniobra del traslado de los atunes del cerco a las bodegas del barco. El aparejo tiene unas dimensiones medias de 1.500 metros de largo, 200 metros de altura y un peso de 20/30 toneladas. La red se retira del mar mediante un halador automático.